Declaración de Principios

El grupo que comenzó la visionaria tarea de crear la Cámara de Empresarios del Autotransporte de Cargas llevaba, entre los elementos destinados a convencer al transportista de aquellas épocas, una declaración de principios que era verdadero estandarte de esa idea.

Ese documento decía textualmente:

“Nadie ignora el total y la absoluta anarquía que rige la explotación actual del sistema del transporte de cargas por automotor, la competencia desleal, la burla sistemática de las disposiciones vigentes, el envilecimiento de los fletes, la arbitraria reglamentación vial, el ensañamiento fiscal, la amenaza de nuevas leyes persecutorias y el aprovechamiento irracional del mejor sistema de transportes en castigo permanente para sus interesados, que obligan impostergablemente a una inmediata revisión de todo lo actuado en política institucional.”

“Comprobada definitivamente la esterilidad de los esfuerzos realizados para crear una conciencia gremial adecuada y considerando indispensable una transformación conceptual de las estructuras orgánicas de las instituciones, que tanto han luchado por defender los intereses gremiales, corresponde intentar, con toda urgencia, un nuevo tipo de formación social, ágil y moderna que provea los elementos necesarios para alcanzar los objetivos deseados.”

“De quien o de quienes, sino precisamente de los empresarios del autotransporte- los más castigados tal vez- se pueden esperar soluciones o intenciones, cuando menos, para mejorar el actual estado de cosas”. El empresario, por sus capacidades y condiciones que lo han llevado a gran categoría- sin desestimar su proporción de los intereses del juego-, debe pensar, resolver y actuar con mentalidad empresaria, con perspectivas de futuro y con exacta noción de los inminentes peligros que acechan su futuro económico”.

“Es necesario construir sobre la marcha, ubicarse en el panorama actual, participar del quehacer nacional y contribuir con opciones claras y desinteresadas a fortalecer los lazos comerciales que nos unen a otras actividades del concierto económico, procurando en cada acto o caso, dar al autotransporte de cargas la importancia y jerarquía que legítimamente le corresponde”.

“Fomentar las relaciones sociales con instituciones existente, con los ministerios o departamentos del Estado Nacional, Provincial y / Municipal, con la Intendencia Municipal de la Ciudad de Buenos Aires, y con toda relación con nuestra actividad. Además principalmente y por sobre todas las cosas, es objetivo fundamental de la creación de esta cámara, cultivar, fomentar y realizar todo acto o acción conducente a estrechar vínculos de amistad entre los empresarios del autotransportes, superando diferencias, disimulando errores, perdonando todo lo que pueda perdonarse- partiendo de que nadie pueda considerarse dueño de la verdad absoluta -, dando ejemplos de compresión o coincidencia de nobles postulados, educando y orientando a iniciados y veteranos transportistas desubicados, dando de si lo mejor que pueda ofrecerle a una actividad que le dio una profesión y a muchos posición”.

“Partiendo de estas premisas incontrastables, resulta imperdonable postergar un solo instante más la creación de la Cámara de Empresarios del Autotransporte de Cargas. Convencidos de la importancia y de la repercusión inmediata que tal actitud significa, las empresas comprometidas con esta magnifica idea, fundadoras de esta institución esperan y desde ya cuentan su simpatía y aceptación como socio y fundador de la Cámara de Empresarios del Autotransporte de Cargas”.

Buenos Aires, 1962